lunes, 13 de julio de 2015

Ruralidad. Más allá de la garantía del acceso a la salud


Ruralidad. Más allá de la garantía del acceso a la salud

Por: Catalina Jiménez



¿Pobreza entre los pobres? Colombia y Latinoamérica.
                                                                                                
Colombia, un país que ha sufrido el conflicto armado a través de años de historia, pero tal vez no el único en el contexto latinoamericano en el que convergen situaciones de pobreza, violencia y desigualdad. Según datos de CEPAL y el informe del panorama social publicado en 2014, la tasa de pobreza en Latinoamérica  hasta el año antes de su publicación, era de 28.1% de la población, la indigencia o pobreza extrema era del 11.7% casi 165 millones de personas se encontraban en situación de pobreza y cerca de 69 millones en situación de pobreza extrema. Mientras tanto en nuestra hermosa Colombia según datos encontrados en el mismo informe casi el 30.7% equivalente a 15.172.693 personas se encontraban en situación de pobreza, y aproximadamente el 9.1% correspondiente a 4.497.443 en situación de pobreza extrema. Aunque nuestro país alcance el 0.7% en el índice de desarrollo económico casi la media para Latinoamérica, y exista una mejoría en la posición de dichos indicadores en los últimos años, siguen siendo estremecedoras las cifras.

Teniendo en cuenta que en Colombia el 94% del territorio es rural y que el 32% de la población colombiana vive allí, es necesario visualizar este  panorama de la ruralidad poco conocido o conocido limitadamente por la poca cercanía a la realidad de los centros urbanos. En la Colombia rural, persisten las situaciones de pobreza, violencia, desigualdad y exclusión social, factores que influyen en la aparición de enfermedades prevenibles, trastornos de salud mental, la mala evolución de las enfermedades crónicas, sin contar con las situaciones de emergencia que pueden amenazar la salud y que se encuentran a diario con innumerables barreras no solo geográficas, pero que de igual forma impiden el acceso a la salud de manera oportuna.

No es extraño que en algunas regiones las comunidades se sientan olvidadas y el acceso a la salud se vea afectado por el conflicto armado, así como por una gestión que no garantiza la prestación de los servicios de salud en todas las áreas rurales. En Colombia, mientras que en las ciudades, la población pobre es aproximadamente el 30% en el campo es del 65% y casi el 83% de la población rural pertenece al régimen subsidiado de salud, de los restantes una gran mayoría pertenecen al régimen vinculado.

Ahora bien ¿Sera entonces posible que exista la pobreza entre los pobres? Se podría hablar de salud en diferentes contextos económicos sociales políticos y culturales, ya que es un concepto que se ha construido a través de interpretaciones individuales y colectivas, y está determinado por las diferentes formas de enfrentarse a los procesos de salud enfermedad. Es por tanto posible enumerar cualquier cantidad de factores que se suman a los problemas de salud en las áreas rurales, entre los cuales cabe señalar: la falta de agua potable en algunas zonas, los bajos ingresos de las personas del campo, el nivel de analfabetismo y los bajos niveles educativos, la falta de inversión por parte del estado en infraestructura y  centros de atención, la falta de habilitación de plazas para los años rurales de los profesionales en salud además del desconocimiento que  las personas tienen de su derechos en salud.

El desarrollo y la innovación tecnológica en cuanto a salud ha sido notorio a través del tiempo, los avances, la infraestructura con la que cuentan algunas ciudades, hace que incluso las personas migren para acceder a servicios de salud, e incluso favorecen el surgimiento de actividades como turismo de salud,  dicho de alguna forma la “salud” se concentra en las urbes. Como afirma el director de médicos sin fronteras para Colombia en una entrevista para el país en el 2010 “Los servicios en salud no pueden manejarse en términos de densidad poblacional, hay que llevar los servicios de salud a donde así no haya una alta densidad poblacional hayan seres humanos que necesiten atención”. Según múltiples informes elaborados a base de encuestas hechas a personas que acceden a servicios de salud desde zonas rurales, se conoce que casi aproximadamente el 17% llegan a los puestos de salud  durante la primera hora y casi el 63% tardan aproximadamente entre 2 y 8 horas. Además los traslados a centros aún más especializados en las áreas urbanas y  la posibilidad de encontrar cupos en otras instituciones puede tomar más tiempo, razones por las cuales muchas personas que viven en la ruralidad pueden afirmar que un familiar suyo haya fallecido o que se haya complicado por problemas de acceso a la atención.

En cuanto al personal Sanitario.

Por otro lado, en cuanto a la demanda de profesionales preparados por  instituciones educativas privadas o públicas, en nuestro país y en Latinoamérica es posible la existencia de una alta demanda de dichos profesionales pero ¿Dónde están? ¿Acaso concentrados en las urbes? ¿Existe una tasa baja de empleabilidad para estos profesionales? ¿Cuáles son las garantías que tienen para su desarrollo profesional? En contraste a nivel mundial se encuentra una diferencia en la distribución y en la existencia de personal para la cobertura de servicios de salud.  La falta de personal de salud competente en las zonas rurales, y la retención de dicho personal  se convierte en un reto de dimensiones mayores.

La problemática de los servicios públicos de salud también afecta gravemente a las comunidades. Problemas relacionados con la escasez de personal y de centros de salud, la falta de recursos financieros, los contratos por temporadas cortas y las demoras en los pagos a los empleados tan solo son algunas de las situaciones que se encuentran a menudo. Por estas razones, no es extraño que  enfermedades o situaciones que pueden manejarse fácilmente en cualquier institución de las ciudades puede llegar a ser mortal en las zonas rurales.

En algunas zonas las situaciones de conflicto armado también amenazan la misión médica, dificultando el acceso a la salud oportuno y a tiempo. Constantes ataques y amenazas contra el personal de salud, las ambulancias o los mismos centros de atención, generan temor en los profesionales de salud que tienen que desenvolverse en estas zonas haciendo su trabajo mucho más difícil y peligroso.

Desde el año 2007 la OMS preocupada por el  acceso a la salud en zonas rurales tanto en países ricos como pobres, evaluó el tema de la escasez de personal en salud y propuso la implementación de un programa para aumentar el acceso reteniendo al personal de salud, incluso trabajando en soluciones que incluyan elementos como el establecimiento de un entorno de vida profesional y estimulante y la forma de crear oportunidades para el desarrollo profesional, además de la creación de un código de prácticas sobre la contratación internacional en salud, adicionalmente el establecimiento de un manual de seguimiento y evaluación de los recursos humanos para la salud. Pero lo que desconocemos es si realmente programas como este han tenido impacto o si realmente son estrategias que se han adoptado en países como el nuestro.

Organizaciones humanitarias.

Por otro lado es importante reconocer el trabajo de organizaciones humanitarias internacionales como Médicos Sin Fronteras, organización que en Colombia concentra sus actividades en el Pacifico, Cauca, Nariño y Caquetá, prestando servicios de atención primaria en salud para poblaciones en crisis en zonas de difícil acceso y/o afectadas por el conflicto armado, bajo un modelo de atención y de intervención que garantiza permanencia en las zonas para lograr una mayor cobertura de la población. La utilización de estrategias innovadoras para garantizar la prestación de servicios de salud alrededor del mundo generan un gran impacto en las comunidades, ejemplos como los clubes del sida en Sudáfrica que son ya alrededor de 400 con el objetivo de  acercar el tratamiento a los pacientes que tenían que recorrer distancias muy largas para acceder a los tratamientos y medicinas en las clínicas.  Su presencia independiente e impar­cial en las situaciones de crisis permite dar una asistencia in­me­diata y temporal a las personas más necesitadas. Cabe destacar de MSF el hecho de poner en primer lugar la atención en salud, la capacidad de asumir riesgos, y la forma de transmitir su mensaje a través de testimonios en las comunidades. Un equipo humano de casi 20400 profesionales combatiendo la desigualdad y la injustica social. Organizaciones como esta logran particularmente intervenir en los entornos de las comunidades  en donde algunas situaciones podrían llevar a considerar la imposibilidad de acceso y la carencia de condiciones para prestar apoyo, situaciones a las que muchos se acostumbran y se justifican en la pobreza o el desconocimiento de los medios y las acciones para intervenir.  

El Comité Internacional de la Cruz Roja y La Cruz Roja Colombiana también han hecho méritos para su reconocimiento, en el país. 2011 fue un año en el que estas dos organizaciones preocupadas por la falta de acceso a la atención en salud en las zonas rurales y los factores que convergen, ha realizado jornadas de capacitación en primeros auxilios comunitarios a más de 1000 personas en muchas zonas  del país con el fin de que las propias comunidades puedan atender las emergencias que se presentan y brindar la ayuda requerida a sus vecinos o familiares. También se han realizado innumerables esfuerzos por capacitar a los médicos y cirujanos regionales en cirugía para la guerra con apoyo del ministerio de la protección social además de cursos de manejo de heridos para miembros de grupos armados, quienes también tienen la responsabilidad de atender a los heridos tras los combates y enfrentamientos.  El CICR ha constatado con preocupación el aumento de las amenazas y ataques contra el personal de salud y la infraestructura sanitaria en distintas regiones del país y permanece en dialogo constante con las partes del conflicto para recordarles su obligación de respetar al personal de salud y la infraestructura sanitaria.

Y al final.

Ahora bien, 2015 año en el que se cumple el plazo para el cumplimiento de los objetivos del milenio, los 8 objetivos tienen consecuencias en la salud, pero todos convergen en un objetivo más amplio que es el desarrollo humano. Desarrollo humano es dar opciones a las personas, para contar con mayores posibilidades y es ahí donde realmente se encuentran enmarcados los servicios de salud. En consecuencia, mejorar las condiciones de salud de la población rural va más allá de mejorar la  atención en salud, realmente considera la necesidad de nuevos cambios económicos, políticos y sociales, que permitan superar las desigualdades en el ámbito rural. Colombia es un país mucho más rural que urbano, pero debemos cambiar la perspectiva que nos han mostrado a través de  los años de lo rural y dejar de lado la premisa de que lo  rural es sinónimo de peores condiciones de vida.

Ejemplos de innovación social en salud como los mencionados anteriormente en el caso de MSF o las intervenciones de CICR, la Cruz Roja Colombiana, las propuestas de la OMS, son importantes para el contexto nacional e internacional pero no dejan de ser insuficientes. Hacen falta trabajo y manos en esta área, siguen siendo unos pocos intentando hacer la diferencia con unos desafíos inmensos. Ponerse una bata blanca y salir a enfrentar al mundo, a la enfermedad,  garantizar salud, impregnarse de la injusticia social no es nada fácil.

Si bien es cierto, existen experiencias e iniciativas de innovación social en salud que se han compartido alrededor del mundo y que se preocupan por seguir el orden de los objetivos del milenio con relación a la atención de la salud materno infantil, salud de pueblos indígenas y comunidades multiculturales, tal vez cada uno trabajando en casos aislados en comunidades específicas pero con el panorama de la ruralidad se hace notoria la carencia de desarrollo de políticas públicas que garanticen el acceso a la salud a poblaciones aisladas, que sean realmente fuertes y que generen impacto alrededor del mundo.
Quizá este sea el momento de invitar a participar del desarrollo de nuevos modelos de innovación social en salud que puedan ser replicados y escalados a nivel mundial y que puedan llevar impreso el por ti, por mí, por todos, el para mí, para ti y para todos.



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